Hay libros máquinas del tiempo, libros cine, libros olor a cigarrillo, libros abismo y profundidad, libros legibles, libros rápidos, libros ametralladora, libros escudo, libros memorias, libros para sumergirse. Cabezas perdidas, la novedad de Gustavo Rimoldi, tiene un poco de cada uno de esos libros.
Con pulso de cámara en mano, el autor narra la aventura de Elio Rubato en la noche porteña, en la noche porteña y lejana, en las noches sugeridas de unos años cuarenta irreproducibles pero, sin embargo, casi táctiles: en esas casi cuatrocientas páginas, un rumor de otro tiempo se codifica en los tangos y los boliches, en la palabra oral, en la foto de Perón firmada por el general que funciona como subsuelo secreto de la historia.
Con formato de novela policial, Rimoldi toma la tradición del género y la adecúa a su conveniencia, centrándose, más que nada, en la construcción de personajes para recordar, de un texto para sumergirse, como en un vórtice, como el vórtice que es todo libro, libros vórtices, libros máquinas del tiempo.
Patricio Cerminaro