Siervo – Palo Pandolfo: Cantando en el fuego

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Resulta difícil escuchar una obra si se la sabe póstuma, si esas canciones nunca serán tocadas en vivo por su autor. Resulta más difícil aún escuchar y percibir el dolor de “Palo” Pandolfo en sus canciones grabadas en los tiempos previos a su partida. Resulta inútil tratar de encontrar en ellas un mensaje de despedida, alguna pista de lo que vendría. Son lo que son, denotan un tiempo final, sostienen una poética inalterable de una larga carrera de artista.

“Siervo”, el disco póstumo de “Palo”, que se encontraba casi listo antes de su muerte inesperada en medio de una calle de Caballito, es una despedida digna de uno de los más grandes poetas y cantautores que diera el rock de esta parte del mundo.

Producido por Juan Belbis, que supo encontrar y potenciar las canciones, que “Palo” lanzaba como la lava de un volcán, siempre incisivas, arriesgadas, nunca cómodas, de una emoción manifiesta. 

Ya desde “Doble Corazón” en el comienzo queda claro el tono del disco: dolor, desesperanza, desasosiego en casi todos sus pasajes, sentimientos apenas atravesados por una luz inesperada en “Tu amor”, el tema que “Palo” canta con Santiago Motorizado y con Hilda Lizarazu. Salvo ese pasaje, lo demás es casi todo desolada oscuridad. “Fe” la canción que le sigue a “Tu amor” vuelve a poner las cosas en su lugar y es quizá la joya del disco. 

“La fe es una estrella” dice Palo. La estrella es él.

Guillermo Cerminaro