A los 75 años murió Rodolfo García, baterista de Almendra en los 60 y Aquelarre en los 70, dos grupos no solo con la primera letra del abecedario, sino también en el primer sitial de aquellos años fundacionales. 

Rodolfo fue de los pioneros. Era fácilmente reconocible por su pelo largo, pero blanco por el paso de un tiempo que lo vio siempre inquieto, aún hasta el final con sus dos proyectos: Jaguar y Pos Porteño.

Pipo Lernoud lo despidió en sus redes sociales con el afecto compartido por sus amigos y compañeros:

“No sé si está bien decir que la de Rodolfo fue la primera  agonía pública a través de las redes, justo en un momento en que ni siquiera sus más íntimos amigos pudieron acompañarlo. Fue una catarata de amor impresionante, en respuesta a la ternura, la buena disposición y la inteligencia que siempre puso para cualquier cosa que se propusiera”.

A poco más diez años de la muerte de Spinetta, se ha ido ahora el amigo que había  conocido a los 13 años entre Belgrano y Núñez, y con quien compartía el amor por River y por la música. 

“Rodolfo es como un padre musical desde siempre, que siempre me va a guiar, uno de personas  más  derechas que yo conozca”.  Así presentaba en el año 1997 Luis Albeto Spinetta a Rodolfo García, quien, con el bandoneón en mano (su primer instrumento), se aprestaba a tocar junto al Flaco La miel en tu ventana, una canción inédita de Almendra.

Rodolfo no sólo ha sido parte del rock: desde donde le tocara estar, ha sido protagonista fundamental de la cultura de estos tiempos.

Guillermo Cerminaro