¿Hasta dónde llegará Bizarrap?

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Es usual preguntarse si alguien, habiendo nacido en esta parte del mundo (a la sazón: Argentina), hubiera alcanzado una notoriedad global de haberlo hecho en Europa o en Estados Unidos. Porque eso que en el fútbol parece ser un impulso (la distancia como gambeta) (Maradona, Messi, Di Stéfano, los que vinieron detrás) en el resto de las actividades o, como mínimo, en la música, siempre fue como una red, un vidrio, incluso una pared: se ve, se escucha lo que hay allá (siempre: allá) pero no se puede pasar.

Por poner un ejemplo: es difícil aventurar cuál hubiera sido el destino Soda Stereo, con todos los atributos que tenía, de haber sido una banda inglesa.

El contexto y la forma de hacer y escuchar música se transformó. Gonzalo Julián Conde, Bizarrap, que nació en Ramos Mejía, parece tener un crecimiento capaz de traspasar las fronteras como si no existieran, en una época en que quizá no existan. El tiempo dirá si importa o no que haya nacido en la periferia del mundo.

Con la BRZP Music Sessions #52, junto al español Quevedo, por primera vez un artista argentino y un español fueron número 1 en la lista global de Spotify. En el programa La Resistencia, Quevedo le contó a David Broncano que al llegar al estudio quería sacar la parte del tema que dice: “Quédate, que las noche sin ti duelen….”, a la postre la más pegadiza. Biza -cuenta el español- se puso firme: “no, amigo, esa es la mejor parte”.

Bizarrap acaba de publicar la sesión 53, esta vez con Shakira. A cuántas reproducciones puede llegar, nadie lo sabe.  Lo que sí ya se conoce hasta el hartazgo es la polémica que generó por su letra atacando a Piqué, sobre la que todos parecen tener una opinión: feministas, colegas, jugadores, fanáticos, intelectuales. De la música casi ni se habló, lo que a priori, a la hora de construir una obra no parece auspicioso para BZRP, aunque lo sea en dinero y en exposición en el corto plazo.

Las más de 50 sesiones BZRP ya lo hacen un artista con una producción importante pese a su tener 24 años. Si bien no hay un nivel de paridad en todas, en la mayoría de los casos, ha potenciado a los artistas, en base a su capacidad como beatmaker.

En una entrevista con Julio Leiva en Caja Negra dijo que pensando en grande le gustaría trabajar con Skrillex. A esta altura nada parece imposible. El rumbo es lo que está en cuestión. Una cosa es que Duki cuente su historia (y la de su generación) y otra que una sala de Ramos Mejía sea el escenario para que dos artistas globales como Residente o Shakira lo conviertan en un espectáculo catártico.

Guillermo Cerminaro