La permanencia no es un mérito en sí. Puede serlo para los grupos o los colectivos que atraviesan dificultades de convivencia, económicas, creativas y siguen adelante. Es así que festejan los veinte, los treinta, los cuarenta años. Sin embargo suele afectar la capacidad creativa. Hay algo detrás de esa idea más asociada a conservar que arriesgar. Claro que hubo y hay excepciones. En los 80,Virus fue una de ellas. La apuesta rupturista, la búsqueda de la novedad fue una marca registrada del grupo liderado por Federico Moura. No es casual que, de las bandas que tienen una trayectoria mayor a los veinticinco años, de las pocas que se puede esperar algo nuevo sea Babasónicos, tributaria de aquel espíritu del rock y del pop provocador que supo impulsar Virus.

No es que no se puedan esperar buenas canciones de otras bandas, sino que hablamos de algo que rompa lo establecido que produzca asombro.

Así las cosas, y no habiendo, al menos por ahora alcanzado el indie a reemplazar a las viejas bandas y solistas que siguen siendo cabeza de cartel en los festivales, la foto de Wos con Skay es apenas una luz muy tenue.

El freestyler, devenido en solista, abreva en la tradición del rock nacional, pero es otra cosa.

Quizá ese movimiento que Wos y tantos otros representan “es el nuevo rock & roll” como dice Trueno en Sangria. Deberá seguir su curso de profundización para poder hablar de un cambio genuino que adquiera un status de peso.

Norberto.G. Mauro