Cambio en el centro de la escena

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Si nos concentramos en esta pequeña parte del mundo, y hacemos foco en lo que pasa en la escena musical, vemos que luego de décadas  hay movimientos notables.

Los límites siempre son difusos. No hay nada puro que nazca por generación espontánea. Aquello a lo que se le llama música urbana no es una sola cosa, tiene variantes líricas y musicales.

Catr7iel y Paco Amoroso, Dillom, Milo J, Wos y Trueno han venido a mostrar algo como lo hicieron Sumo, Virus, Los Redondos o Soda Stereo en los 80.

Estos nuevos artistas han tomado el centro de la escena sin aniquilar al rock (ya que todos con mayor o menor claridad lo respetan y toman algo de él) pero sí dejándo en evidencia su retirada

Cat7iel y Paco Amoroso en base a desparpajo, eclecticismo, buen gusto y la suma de elementos visuales giran por el mundo participando de festivales y codeándose con artistas globales.´

Dillom –tal vez el más disruptivo de todos- es arrollador en escena, busca el límite de forma constante y es quizá el que resulta más difícil de prever para donde va a ir.

Milo J, el más joven, muestra una ductilidad poco frecuente y una madurez impropia de un joven de 19 años. Su búsqueda musical lo ha llevado del trap a hacer un disco sutil que incorpora ritmos latinoamericanos.

Wos viene del olimpo del freestyle en habla hispana y sus canciones, más contestatarias. logran llegar al público de forma contundente.

Trueno, que también viene del freestyle, es la voz de un barrio, el rap que sale de las entrañas de la Boca y que se expande al mundo.

Merece decirse: todos ellos en algún momento han participado de las Bizarrap sessions.

Hay una sensación: no se trata de una moda, sino de un fenómeno que llegó con intenciones de ir mutando, pero también con la idea de permanecer.

Más allá de ofrecer resistencia, habría que prestar atención, porque, se quiera ver o no, algo está pasando.

Guillermo Cerminaro