Un día volvió el teatro. Con una capacidad limitada de público, pero volvió. La primera obra en retornar fue El Acompañamiento, con las actuaciones de Luis Brandoni y David Di Napoli, con textos de Carlos Gorostiza y con la dirección del propio Brandoni.
“Fue muy emocionante, los aplausos cuando se abrió el telón, la gente estaba esperando tener otra realidad, salir de las comunicaciones tan dramáticas que nos aporta la televisión o la charla. Fue una fiesta, a pesar de todo” nos dice David Di Napoli, actor, director profesor de teatro, un hombre de un profundo amor por la actividad teatral.
¿Cómo se sintieron en la vuelta luego de tantos meses?
Es muy raro: tuvimos, dentro de esta desgracia, la ventaja que nosotros teníamos ya la obra para estrenar justo el 20 de marzo cuando se declaró la cuarentena. Vivimos una situación muy compleja sin poder trabajar, sin entrada de dinero. Pudimos arrancar, fuimos los primeros y es muy raro porque tenemos una cantidad limitada de gente, ya que el teatro tiene una capacidad de más de 800 personas y solo se puede trabajar con el veintipico, treinta por ciento, Las tres funciones que hicimos, viernes, sábado y domingo, hubo invitados y, poco a poco, fue viniendo gente. Nosotros antes que pase esto ya teníamos localidades vendidas con mucha anticipación. Esto va a ser distinto trabajar con gente que está separada en las butacas, con barbijo. De todas maneras la recepción fue buenísima, creo que gusta mucho el espectáculo. Esperemos que esta pesadilla vaya terminando y que se pueda volver a esa normalidad teatral, que a medida que la obra funcione vaya viniendo la gente. Hay quien se retrae porque hay cierto temor y por lo económico que ha hecho estragos para mucha gente que es público nuestro, de clase media, que ha sido perjudicada con esta situación
¿Cómo ves la realidad del teatro en general, tanto del llamado comercial, el independiente y el oficial?
La realidad del teatro es complicada. Nosotros teníamos la obra preparada, algunos pocos espectáculos, que estaban ensayados o lo estaban haciendo, quizá puedan arrancar, de hecho lo están haciendo algunos.
De otra forma es muy difícil para algunos que tenían el proyecto, pero ponerse a ensayar ahora, ¿para estrenar cuándo?
El teatro oficial es una cosa porque lo maneja La Ciudad o el Cervantes que lo maneja Nación, creo que tienen las condiciones para que se pueda hacer el espectáculo, hay un cachet.
El teatro independiente es el que está más complicado, porque la mayoría de las salas no tiene la ventilación, las butacas, el protocolo que se le pide para poder arrancar. Además las salas estuvieron cerradas durante todo el año con las pérdidas de dinero que conlleva. Esperemos que se pueda resolver.
En el teatro llamado “comercial” los productores siguen apostando, de manera que la gente tenga toda la seguridad para volver a la sala.
¿Qué podés decirnos de la obra?
La relación entre los personajes tiene momentos estupendos de humor, de ternura de nostalgia, y se va produciendo un desarrollo inesperado para el espectador y para los personajes mismos. Tiene un final magnifico, de un nivel extraordinario como manejaba Gorostiza estas situaciones. Creo que la obra está bien y cada vez va a estar mejor a medida que la gente siga viniendo, porque el teatro es presencial, se hace con el espectador ahí enfrente. El streaming está bueno para informar sobre algo, pero no tiene nada que ver con el teatro, que es presencial: un actor y aunque sea un espectador en la sala y ahí se produce la magia teatral.
Guillermo Cerminaro
El acompañamiento puede verse en el Multiteatro Comafi con funciones de miércoles a domingo