Gustavo Cerati murió el 4 de septiembre del 2014, pero su figura parece agigantarse con los años.

Se sabe: no sólo tuvo una extensa y exitosa carrera con Soda Stereo, sino que su carrera solista alcanzó ribetes brillantes y quedo truncada tal vez en el cenit de su producción creativa. Fuerza Natural, su último álbum, lanzado en 2009, es una muestra elocuente de un artista en la madurez.

“Un hombre alado”, el documental  de Felipe Restrepo, que se viene a mediados de año, parece dar cuenta de ello.

Algunos argumentos de este constante aumento de la importancia de Cerati como artista se manifiestan en el propio documental.

“Fue el tipo que hizo que se conozca en rock en español en todo Latinoamérica”. Adrián Taverna

“Recuerdo un cambio total en mi vida, todo tomo color, todo tomó dinamismo”. Leo García

“Él era un científico de la música”.  Flavio Etcheto

Éstos son solo algunos de los muchos testimonios, pero cada uno tendrá sus propias razones, que, todas juntas,  ni siquiera alcanzan para explicar la trascendencia de Cerati.