Terminado un enero anodino en materia de shows y festivales, en febrero, las actividades parecen retomar impulso.

El Cosquín Rock, según se anuncia, por primera vez ha agotado las localidades un par de semanas antes de su realización los días 18 y 19 de febrero.

El line-up no ofrece mayores novedades. En la lógica de los festivales todos aportan algo para que la ensalada termine siendo completa. El rock más masivo de los últimos años se hará presente en el escenario Norte: Las Pelotas, (locales en el lugar), Skay y los Faquires, Ciro y los Persas, Divididos y los dos baluartes uruguayos,  No te Va Gustar y La Vela Puerca, son algunos de los grupos que poblarán ese escenario.

Babasónicos, tendrá su lugar en el escenario Montaña, un día antes que se suba allí mismo  Catupecu, que está de vuelta.

Como se puede apreciar, todos artistas que tienen una permanencia promedio en escena que supera el  cuarto de siglo.

En el escenario Sur se darán cita algunos artistas de la música urbana como Cat7iel y Paco Amoroso , Trueno y Dillom, en un curioso cruce con Fito Páez en ese espacio.

El Lollapalooza volverá al Hipódromo de San Isidro los días 17, 18 y 19 de marzo en su octava edición.

Aquel festival que irrumpiera como novedad se ha ido transformando, cada vez con mayor intensidad, en un lugar de entretenimiento, en el que la música es un ingrediente más. No se entiende sino que muchos de los que concurren  saquen sus entradas sin conocer el line-up, que está vez, si tomamos los headliners, Drake, Blink -82, Billie Eilish, Rosalía Tame Impala, y LIl Nax X, resulta ser de los más pobres de la historia. Es cierto que quizá haya que buscar más abajo -como ha ocurrido históricamente- para encontrar alguna perla escondida.

Hace un tiempo parecía una quimera la vuelta de los grandes festivales sin restricciones. Hoy es posible nuevamente y la maquinaria está en pleno funcionamiento.