En el mes de junio, en medio de la epidemia mundial, Flaming Lips había sorprendido con una presentación en la que los músicos y unos pocos espectadores aparecían dentro de burbujas de plástico para cantar su clásico Race for the Prize en el show televisivo The Late Show.

Decir sorpresa parece demasiado ya que Flaming Lips se ha caracterizado por su creatividad en las puestas en escena. Pero la banda liderada por Wayne Coyne no es solo puesta en escena como lo demuestra su trayectoria y como viene a dejarlo claro su reciente trabajo American Head.

Para el disco, Coyne se inspiró en el documental Runnin’ Down a Dream, que habla sobre Mudcrutch, un grupo de rock que supo tener Tom Petty en Oklahoma, la ciudad natal del líder de Falming Lips.

Siempre en el marco de la psicodelia, donde la banda se mueve como pez en el agua, las trece canciones configuran una obra climática que gana en matices luego de la mitad del disco.

El último tema “My Religion Is You”, en el que la frase que da el título se repite como un mantra, actúa como una invitación a una nueva escucha.

Si bien ver un show de Flaming Lips siempre entrega un plus a lo sonoro, adentrarse en el disco puede generar un estado de paz en el medio de una época marcada por el desasosiego.

Guillermo Cerminaro