¿Es Lola o Lolo? pregunta un joven a su compañera mientras baja a tomar el subte B en la estación que nombre Luca Prodan en Mañana en el Abasto.
Lo hace mientras mira el enorme cartel que anuncia el line up de la nueva edición de Lollapalooza.
El joven presumiblemente nunca fue a ninguna edición del festival.
Los carteles que mira anuncian a Blink-182, Feid, Sza, Sam Smith, Arcade Fire y Limp Bizkit.
En la primera edición, un año después de haber desembarcado en Santiago de Chile, el line up de aquel festival del año 2014 estaba compuesto por Red Hor Chili Peppers, Arcade Fire (repite este año) Soundgarden, NIne Inch Nails, Pixies, Phoenix, Julian Casablancas, New Order, muchos de ellos en la cresta de la ola como la citada Arcade Fire.
Esto sin contar grandes shows que se dieron durante la tarde como Cage The Elephant, Jake Bugg o Lorde.
Quienes sacamos la entrada en ese momento lo hicimos por esos nombres.
Con el tiempo el Lollapalooza construyó una marca, aún para el joven que no sabe bien si se dice Lola o Lolo. Desde hace años las entradas anticipadas se venden sin siquiera saber quiénes serán los headliners.
El festival, luego de las primeras ediciones, empezó a decaer en calidad artística constituyéndose en un lugar en el que hay que estar más allá de los nombres
Qué pensaría Luca Prodan de la grilla, bajando por la escalera mecánica de la estación que inspiró su canción, es fácil de imaginar.
Guillermo Cerminaro