De Emilia Pérez, la película nominada a 13 premios Oscar, se habla poco y se polemiza mucho.
Las virtudes y las falencias en los aspectos que hacen estrictamente al film parecen haber sido dejados de lado en pos de las distintas aristas de una figura de críticas que se han ido formando en los últimos días.
Por un lado, la dureza con la que fue recibida en su estreno en México en donde se lo acusa al director Jacques Audiard de tener una mirada eurocéntrica y de mostrar una realidad estereotipada y unavisión distorsionada de la realidad social.
Nada menos que Paul B. Preciado se subíó al ring por entender que es racista y transfófica.
“Voy a pedir al cine binario Europeo que deje de utilizar nuestros cuerpos trans para plantar sus parques de atracciones” dijo el filósofo español en una nota publicada en el diario El País.
Daniel Link el escritor argentino, con gran lucidez, le contesta en una nota publicada en la revista Ñ de Clarín.
“El veredicto de que sólo una persona trans tiene derecho a sostener un discurso sobre lo trans vulnera la condición de la conversación social. El principio de que un personaje y una historia son el emblema de todas las personas y todas las historias es metafísico”.
Por si fuera poco salieron a la luz los antiguos twits de contenido racista de la actriz protagónica Karla Sofía Gascón. Rápidamente el propio director se distanció de la ella, no vaya ser cosa que corran peligro los Oscars.¿Es en definitiva una buena película Emila Pérez?
La historia está contada en forma lineal, se explica demasiado,aunque tiene aciertos en los aspectos musicales y actorales. Es verdad lo que dice el director que no se trata una película realista – por lo que muchas de las críticas caerían- pero tampoco es eficaz en una búsqueda simbólica.
¿Alcanza eso? Por lo que se ve hoy poco importa.
MIto Mauro