Cuando suceden hechos inesperados y dramáticos como es la pandemia,cada persona o cada sector encuentra respuestas diferentes. Puede que sea la parálisis (“No se puede hacer nada, hay que esperar que pase”), esto ya no se puede hacer, veamos otra posibilidad (“ Hagamos recitales por streaming”) o busquemos dentro de lo que hay, lo que se puede hacer (“¿Será posible un recital con gente?”).
En la última de las alternativas, en Europa, se está experimentando desde escuchar música en vivo desde un auto, hasta el reciente show que brindó San Fender en el Gosforth Park de Newcastle en un espacio abierto ante 2500 personas.
Los asistentes, cumpliendo el distanciamiento social, se ubicaron en plataformas de hasta cinco personas para escuchar al nativo del lugar que presentó las canciones de su álbum debut, Hypersonic Missiles. Las entradas, que se habían vendido por anticipado, se agotaron en pocos minutos. Pero eso no fue todo: ya se anuncian los shows de Van Morrison, The Libertines y Máximo Park.
Se sabe que no es lo ideal, pero se acerca algo más a lo que es la experiencia (única) de un show en vivo.
¿Faltará mucho para que por acá aflore la creatividad y se pueda volver a ver a una banda aunque más no sea a dos metros de distancia de los otros asistentes?