En los últimos años parecen ser más los filósofos que se van que los que llegan. En épocas de divulgación, hay cierta falta en el pensamiento filosófico
La velocidad de este tiempo, ha dejado de lado un pensamiento más abstracto. Lejos de los años 60 todo parece ser un pensamiento más urgente y en búsqueda de respuestas concretas.
Quizá el filósofo más más prolífico en cuanto a publicaciones es el surcoreano Byung- Chul- Han nacido en 1959 en Seúl y reciente ganador del premio Princesa de Asturias.
Han es una máquina de publicar libros, en general cortos y efectivos, de lectura rápida, lejos de de los textos clásicos que merecen varias lecturas.
En su libro El espíritu de la esperanza del 2024, Han ha demostrado su cara más luminosa en la que hace una distinción entre optimismo y pensar con esperanza. El optimista, sostiene Han piensa que todo va a andar bien. Pensar con esperanza supone, a diferencia del optimismo que está cerrado en si mismo, la búsqueda de lo nuevo.
Han es un filósofo de estos tiempos, en donde se exigen respuestas rápidas. La duda que se plantea es cuánto quedará de su pensamiento o, de forma más generalizada, cuánto quedará de la producción filosófica en la era de la digitalidad.
Quizá haya que volver a la idea de lo intempestivo, aquello de lo que hablaba Nietzsche, para poder leer mejor este tiempo.
MIto Mauro.