Aún estoy aquí, la película de Walter Salles, ganó el Oscar a la mejor película extranjera obteniendo el primer galardón para Brasil en su historia.

En pleno carnaval en todo el país se conoció el anuncio. Hasta Daniela Mercury paró su actuación en Salvador para anunciar que la película había ganado el Oscar, duplicando la algarabía de una multitud que ya estaba más que alegre.

La película cuenta la historia de la familia Paiva residente en Río de Janeiro  y está basada en el libro que escribiera en  2015 Marcelo Rubens Paiva, uno de los hijos del diputado Rubens Paiva desaparecido a manos de la dictadura militar del país,

La mirada está puesta en Eunice Paiva, una descomunal  Fernanda Torres, que maneja todos los registros actorales, tanto en la apacible vida familiar, en sus días en la cárcel o en los años de búsqueda de la verdad una vez que Paiva desapareciera

Eunice, una vez ya en democracia y al recibir la partida de defunción de su marido, lejos de la queja y atravesando el dolor, se recibe de abogada y dedica su vida a la ayuda social en una actitud que es tributaria de la serenidad de haber mirado hacia atrás para poder mirar hacia adelante.

La película ya venía levantando polvareda antes del premio y se supone que las consecuencias van a ser imprevisibles.  A partir de ella, se han reabierto causas a los militares involucrados en las torturas, asesinatos  y desapariciones en la dictadura .

No hay forma de que la memoria no hable. El arte es una magnifica vía para ello.

Guillermo Cerminaro