Si algo no debe hacer un artista es decirle a su público cómo debe comportarse. No es ni un sacerdote ni un padre, ni el custodio de la moral.

El domingo pasado, en el Quilmes Rock, en el homenaje a Serú Giran, al terminar Canción de Alicia en el País, parte de la multitud, de forma espontánea, comenzó a cantar “Milei basura, vos sos la dictadura”.

La mayoría de los que allí estaban nunca vio a Serú Girán y ni siquiera habían nacido en los años de dictadura.

Influenciados por la canción compuesta por Charly hicieron un link entre lo que pasa y lo que pasó.

La expresión popular fue frenada por David Lebón que a la tercera vuelta del estribillo coreado por buena parte del público. dijo: “ya está, ya pasó”

Quizá ese grito de jóvenes, que tampoco vieron nunca a Los Violadores, haya sido un eco de aquello que cantaba Pil Trafa “nada ni nadie, nos puede doblegar, somos el momento y este es el lugar”.

En tiempos que corren son pocos los artistas que desde el escenario expresan de una manera u otra su posición.

Otros, que no dicen nada, hablan por sus canciones que sugieren una reacción del público. Ninguno se pone en una situación como la de Lebón.

En esa transmisión de padres a hijos, que haya jóvenes interesados en ver una banda como Serú Girán, o lo que al menos queda de ella, se incluye también una trasmisión de las banderas de resistencia y rebeldía.

No es cuestión de trabar lenguas sino de liberar la palabra que no acepta ser acallada.

Guillermo Cerminaro