Cuando corría el año 2020 parecía una quimera volver a ver un show en vivo.
Con el correr del tiempo, con barbijo y distancia, retornaron.
Hoy que todo está normalizado, y ya pasado un tiempo, una hipótesis es que al menos en la escena del rock y el pop nacional, no ha habido un salto creativo. Por el contrario se nota cierto decaimiento solo sacudido por algún que otro disco o algún que otro show como el de Babasónicos hace pocos días. No es que obviemos la mirada sobre lo que pasa entre las bandas emergentes, pero nada ha surgido con la fuerza suficiente como para reemplazar a quienes desde el final del siglo pasado han marcado el pulso.
¿Qué disco o que show quedará como destacado pasado el tiempo? Cuesta pensarlo.
La música urbana ha tenido un salto exponencial. ¿Será sostenible?
Artistas como Duki, Wos,Trueno, YSY A, NIcki Nicole y muchos otros han realizado shows de estadios, han afrontado giras internacionales o se han instalado en los grandes festivales. Ni que hablar la cantidad de reproducciones que alcanzan con cada nuevo lanzamiento.
La forma de grabar, la forma de publicar y de escuchar música hace difícil la comparación con tiempos anteriores. El interrogante es si la curva ascendente tiene mucho recorrido o si está cerca de encontrar su techo.
La velocidad y lo efímero son características de estos tiempos. Nadie puede asegurar la permanencia y mucho menos la construcción de una obra.
Guillermo Cerminaro