En retrospectiva, muchas veces el pasado suena obvio. Y la relectura revela costuras que antes no se veían. Sin embargo, el pulso de la historia muchas veces fue marcado por nombres no tan rimbombantes y, muchas veces, más relevantes que el de las grandes figuras. Y aunque King Crimson sin dudas fue una banda trascendente, su legado resulta incluso más necesario que su reputación.
In The Court of the Crimson King, que el 10 de octubre cumplirá 50 años de su aparición, fue un quiebre en la línea temporal del rock progresivo. Un quiebre y un inicio: la consolidación de la fusión con el jazz y la música clásica, quizá el punto más alto en una relación de géneros que duraría mucho tiempo más. Y, aunque muchas veces sea tentador darle play a los sonidos urgentes de los tiempos modernos, la gran creación de Robert Fripp debería imponerse más seguido en la banda de sonido de cualquiera que quiera frenar la pelota y re-descubrir, aunque sea un poco, el sentido de la música.