El otro lado de la noche de los museos

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El pasado fin de semana se realizó la Noche de los Museos y, pese a la lluvia, la asistencia resultó importante.

A primera vista lo que se nota es la gran riqueza cultural de la Ciudad, en la que coinciden una de las más importantes muestras mundiales (la de Turner en el Museo de Bellas Artes lo es) con lo que transcurre en los muchos espacios en los barrios.

Pero detrás de lo que se puede ver se notan los hilos de la realidad. Por citar apenas dos casos, a pocas cuadras de distancia, se pudo ver el declive del país en su ciencia y su industria. El  Museo de Ciencias Naturales, ubicado en pleno Parque Centenario propuso distintas actividades de divulgación entre medio de los dinosaurios y mamíferos, habitantes permanentes del lugar.

Allí, físicos y paleontólogos divulgaron algo tan alejado al público en general como es la ciencia. De tal forma se analizó, por ejemplo, si es posible que lo que se muestra en las historias de anime tiene algún asidero en la realidad, tomándose el caso de Dragon Ball Z y su Genkidama, todo en clave de stand up. En otra charla de divulgación se  cuestionó si los Pokémon evolucionan o crecen, como disparador para hablar de la teoría de la evolución.

Pero también se habló del estado de precariedad  y desamparo de los científicos para realizar su trabajo sólo sostenido por la enorme pasión que tienen en la búsqueda de la verdad.

A pocas cuadras de allí, en el IMPA, quedó al desnudo no ya el grado de falta de apoyo a la ciencia sino a la actividad industrial. Con la misma pasión de los científicos del Museo de Ciencias Naturales, los trabajadores de la empresa y de los trabajadores sociales propusieron distintas actividades.

Así, en la noche se pudo habitar el lugar entre las máquinas, escuchar la historia de esta fábrica metalúrgica recuperada por los trabajadores, ver una performance poética o participar en una charla de género.

Es que el IMPA es más que una fábrica que en la actualidad reúne a 45 trabajadores. Allí funciona un centro cultural, un bachillerato, un centro de jubilados, hermanando el trabajo, lo social y lo artístico.

Hay muchas formas de recorrer la Noche de los Museos sin perder el foco en el arte. Ver qué hay detrás es una de ellas.

Guillermo Cerminaro