Cuando se anunció que el número de cierre del Festival Ciudad Emergente iba a ser “Soledad y los Socios del Rock” se abrió un interrogante y una razonable expectativa. Los músicos que acompañarían a la cantante de Arequito eran un verdadero seleccionado: El Tordo, guitarrista de Massacre, Andy Vllanova (baterista de Carajo), Pepe Céspedes, bajista de Bersuit, Ale Kurz cantante y guitarrista de El Bordo y Ale Mondelo tecladista de Las Pastillas. El tema era “La Sole”.

Para ver cómo fue, quizá no haya mejor relato que el que ella mismo fue haciendo durante el show, en el que fue expresando sus sensaciones. Sobre todo resulta revelador lo que dijo luego de Irresponsable, la muy buena versión del tema de Babasónicos: “Tendríamos que empezar ahora”.  Y tenía razón: el problema es que a esa altura apenas quedaban dos temas: Signos de Soda y Magia Veneno de Catupecu Machu.  A Soledad le costó entrar en ritmo: recién en el cuarto tema, Imágenes Paganas de Virus (que le resultó natural por haberlo interpretado ya notablemente en Provincia Emergente) comenzó a soltarse. En un set no muy largo dio varios games de ventaja. 

La banda dirigida por Ale Vázquez cumplió de buena forma, tal como se esperaba, más allá de que algunas canciones le quedaran mejor que otras en un repertorio que fue un muestrario de temas conocidos por la audiencia.

Quizá la conclusión haya que buscarla en lo que dijo la cantante al comienzo: “¿Qué sería de nosotros sin los desafíos?”.  Y eso es lo que lo que le da valor a su performance, genuina y sincera. Lejos de su comodidad, arriesgó y puso en situación de confusión a sus seguidores: “mi público está que no entiende nada” dijo casi al final.

Todo terminó en una fiesta con una Soledad ya suelta, revoleando la campera en lugar del poncho. Como para que su público no se sienta tan extraño.