El mundo medieval ejerce una fascinación cada vez mayor. La saga del Señor de los Anillos y la serie Game of Thrones son solo dos ejemplos de ello.
El universo de los dragones, las espadas, los duendes y los elfos resulta una gran atracción en audiencias cansadas de la pobre simbología del mundo moderno.
Más allá de ser considerada una época oscura plagada de guerras, de hambre y de un gran poder de las ideas religiosas, los símbolos de esos tiempos lejanos parecen imponerse.
Es eso lo que ocurre en cada una de las ferias medievales de las muchas que se hacen durante el año.
Naturalmente eso también sucedió en el marco de la Feria Medieval del Sur III en el Colegio San José. Su amplio patio, más que adecuado para recrear el ámbito de un castillo medieval, se pobló de gente en la tarde del pasado domingo 12 de agosto. Durante toda la jornada la calle Bartolomé Mitre se vio atiborrada de largas colas de gente, que traspasaban largamente la iglesia de San Expedito. Justamente el santo en cuestión fue un militar romano que vivió antes de la Edad Media. A los asistentes poco les importó San Expedito, ávidos por entrar a vivir una experiencia que contó con un mercado medieval, grupos de recreacionismo histórico, gastronomía y shows en vivo.
En la Feria se pudo conseguir desde una espada, un casco, un traje a un dragón o un duende, vestirse como un guerrero, ver la recreación de un combate o escuchar los muy buenos grupos musicales que pasaron por el escenario.
La Edad Media duró más de mil años. En una tarde de domingo en Buenos Aires se vivió el espíritu de aquellos tiempos.
Guillermo Cerminaro
Foto: Diego Abad