Quizá la experiencia del Quilmes Rock 2020 en modo virtual sea la apuesta más grande que se ha realizado hasta ahora –al menos en estas tierras- en este nuevo mundo que se abrió a raíz de la pandemia.
La idea de entremezclar el pasado a partir de la vasta historia del Festival con versiones nuevas resultó una buena idea para que, de alguna manera, no sea solo nostalgia. Así se fueron sucediendo en dos jornadas recuerdos de shows históricos como los de Gustavo Cerati, Los Ratones Paranoicos con Charly García, la reunión de Sumo o Catupecu (con Gaby Ruiz Díaz en el escenario) con temas cantados desde sus casas por los propios Ratones Paranoicos, Las Pelotas, Massacre, Fer Ruiz Díaz, Marilina Bertoldi y El Plan de la Mariposa.
El Quilmes Rock 2020 contó con la producción de PopArt Music y lo recaudado, más lo que se pueda recaudar en estos días, será destinado a quienes se encuentran en estado de vulnerabilidad y a los trabajadores de la música perjudicados por la situación, como los asistentes, sonidistas, iluminadores y todos los que están detrás de escena.
Está a la vista que el tránsito del escenario al streaming hace perder el aura de la obra, algo se diluye y adquiere otra naturaleza. Es otra cosa, a no engañarse.
Nada reemplaza la experiencia con los otros, el sonido que parte el pecho, o el despliegue visual de una banda en vivo.
Por la situación que se vive se hizo habitual ver de forma digital actividades que naturalmente están hechas para ser vistas en otros contextos. Por ahora es lo que hay, pero a no distraerse: no vaya a ser cosa que se consolide post pandemia esta tendencia y prefiramos quedarnos en casa a experimentar un show en vivo.
Guillermo Cerminaro