¿Se pueden encontrar zonas de intersección entre dos shows multitudinarios que sucedieron el fin de semana pasado, uno en Argentina, otro en España?

Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, la banda formada por el Indio Solari, llenó el estadio Diego Maradona de la Plata. Duki cruzó el oceáno para inundar de trap el estadio Santiago Bernabeu del Real Madrid..

Los Fundamentalistas aún sin el Indio Solari -que aparecen en pantalla solo en algunas temas- son de las pocas bandas que pueden llenar un estadio.

Muchos de los asistentes al show del sábado pasado nunca vieron en vivo a los Redondos. Los que suben al escenario son Los Fundamentalistas pero desde abajo lo que se escucha es “Vamos los Redondos”, una banda que ya no existe y que difícilmente puede volver a juntarse. .

En el estadio Bernabeu, a miles de kilómetros de distancia y con pocas horas de diferencia, Duki, en el momento más alto del trap argentino, reunió a 65000 personas. Argentinos y españoles vibraron con el pibe que hace apenas unos años participaba- como muchos de sus compañeros que hoy están en el centro de la escena-  en el Parque Rivadavia, en las batallas de rap de El Quinto Escalón.

En la noche de Madrid estuvieron con él NIcki Nicole, Emilia, Mernes, Bizarrap, Ysy A, Neo Pistea, CRO y Jhayco.

Estos jóvenes probablemente no compartan los ideales de los Redondos. Ellos se abrieron un camino a partir no solo de las redes sociales sino de su capacidad para captar el pulso de estos tiempos.

Más que dos caras de una moneda parecen ser dos monedas distintas. Comparar es infructuoso. No todas a las épocas tienen el mismo nivel de creatividad. Decir eso es una relativización que no resulta oportuna.

El trap hoy está en la cresta de la ola. Hay que ver hacia donde son capaces de mantenerse quienes hoy convocan a miles de jóvenes.  Es una incógnita que no es aplicable a quienes han hecho un camino desde hace tiempo y han permanecido.  Más allá que no haya novedad alguna, las  canciones de los Redondos, aunque no las interpreten ellos, se cantan masivamente como si estuviésemos  en los años noventa.

Mito Mauro