Maldacena es argentino

Browse By

No es muy común escuchar a un científico del calibre de Juan Martín Maldacena como ocurrió el pasado sábado en el marco de Nerdearla en la Ciudad Cultural Konex.

Una sala colmada de estudiantes de física, profesionales del tema y curiosos presenció vía streaming la charla del físico nacido en Caballito y residente en Estados Unidos.

“Einstein estuvo confundido con los agujeros negros” dijo al principio de su disertación. Hizo la afirmación con autoridad ya que el estudio de estas regiones tan misteriosas le quita el sueño a Maldacena. “En los agujeros negros el tiempo deja de transcurrir y esto le molestó” siguió diciendo.

La ciencia de los últimos 100 años ha cabalgado entre la teoría de la relatividad y la física cuántica.

En el año 1997 siendo muy joven Maldacena conceptualizó la  “Conjetura AdS/CFT” que vincula la teoría cuántica de campos con la gravedad en espacios de curvatura negativa.

La Conjetura de Maldacena – así es conocida- combinó, a través de la teoría de cuerdas, la mecánica cuántica, que describe las partículas más pequeñas, con la teoría de la gravedad, que se refiere al funcionamiento del universo.

El físico teórico argentino expuso con conceptos precisos, escuetos y contundentes sin bajar un ápice la complejidad propia de los temas.

“Un agujero negro se define por medio de un gran número de partículas en la frontera. De acuerdo a este concepto los agujeros negros son compatibles con la mecánica cuántica” dijo casi al final de la charla aportando aún más claridad a la unión de las dos teorías imperantes.

Una vez finalizada la exposición contestó más de una docena de preguntas de un público conocedor del tema, incluso de algunos niños, probables futuros científicos.

La mañana del sábado recién comenzaba en Buenos Aires, el científico apagó su cámara, el público salió al sol en el patio del Konex, miró el cielo sin la esperanza de ver un agujero negro, pero con más conocimiento de ellos que una hora antes de escuchar a uno de los físicos más importantes del mundo que, vale recordarlo una vez más, es argentino.

Guiillermo Cerminaro