El tenis como experiencia

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En un rectángulo de casi 24 metros de largo por algo más de 8 metros de ancho sucede más que un partido de tenis.

Será por eso que llamó la atención de David Foster Walas. Su ensayo El tenis como experiencia religiosa es imprescindible para entender el deporte desde otro lado

Varios directores de cine, muchos dentro del top ten de ese mundo, han dedicado películas al universo del tenis. Alfred HItchcock con Strangers on a Train, Michelangelo Antonioni  con Blow-up o Woody Allen con Match Point ampliaron el horizonte desde su arte.

En estos días se está desarrollando en Buenos Aires el Agentina Open con la presencia de varios de los mejores jugadores del mundo.

Los que nunca vieron un partido en la cancha se sorprenderían de la velocidad de pelota, lo que tiene como correlato la velocidad no solo en la toma de decisiones sino en la ejecución.

En cada golpe Interviene la pericia, el esfuerzo, la paciencia, la mentalidad, el timing y el azar, como en Match Point.

Para acercase hay que dejar el prejuicio de que se trata de un deporte individualista, desconociendo que hay un equipo detrás de un jugador, como lo hay en el boxeo o en el atletismo. Descorriendo ese velo se percibe que en algunos deportes grupales se encuentran rasgos de menor respeto al adversario ocasional.

Hay que tomar conciencia que no es solo pasar la pelotita por encima de la red: tiene que entrar en el rectángulo y también, si se analiza más allá de eso, es una experiencia vital y, por qué no, religiosa.

Mito Mauro