Hace unos pocos días Fito Páez anunció que iba a volver a grabar las canciones de “El amor después del amor”.
En una entrevista realizada por Julio Leiva para el canal de YouTube Caja Negra, Páez dio la noticia en medio de referencias a su historia y a reflexiones que pocos músicos pueden hacer.
Anunció también que juntará un dream team como armó en el año 92, aunque no serán los mismos.
Será, por lo que dijo, una mixtura entre jóvenes (con los que Fito siente afinidad) como Catri7el, Nathy Pelluso o Dillom, con consagrados como Caetano Veloso o Ruben Rada. Incluso nombró a Elvis Costello y a David Byrne.
Las canciones de “El amor después del amor” tienen treinta años y Fito casi el doble. El disco, tal vez el mejor de su carrera, no tiene puntos débiles y demuestra la variedad lírica y musical que maneja Páez y que ha sostenido, con mayor o menor efectividad.
Interpretadas en vivo siempre han sufrido variaciones. El rosarino no es un artista cómodo. Muchas veces pasa que el oyente se acostumbra a las canciones “ tal cual son”, como si fueran lo que quedó plasmado en un momento en un estudio y no tuvieran vida.
El artista también, en reiteradas veces, se acostumbra a una interpretación burocrática. No es el caso de Fito.
En medio de la gira de “El amor después del amor” aparece este anuncio.
Dice Gilles Deleuze en “Diferencia y repetición” en relación al concepto del eterno retorno de Nietzsche: “el eterno retorno no puede significar el retorno de lo idéntico, puesto que supone por el contrario un mundo ( el de la voluntad de poder) en el que todas las identidades previas son abolidas y disueltas. Retornar es el ser pero solo el ser del devenir”.
Es de esperar que Páez haga honor y lleve al extremo esta idea. Sólo así las canciones adquirirán un nuevo status, siempre en mutación, siempre cambiante.
GuIllermo Cerminaro