Desde sus inicios hace 16 años el Festival Ciudad Emergente se ha ido transformando. No sólo ha cambiado de sedes sino también la composición de la oferta, pasando de ser eminentemente un festival de músicos emergentes de rock y pop a incorporar la cultura urbana, tornarse entretenimiento y dar lugar a la gastronomía.
La actitud, la potencia y la rebeldía se vieron poco en los tres días que duró el festival realizado en el antiguo velódromo, en el corazón de los bosques de Palermo,
Recién en el cierre, Marilina Bertoldi (que no es una artista emergente, pero que lo fue como ella misma recordó cuando participó en el festival hace poco menos de una década con su banda Connor Questa) agitó las banderas de un rock potente y pleno de energía.
¿Qué es lo que se vio en los dos escenarios principales, el Yendo y el Llegando?
Un pop edulcorado, sin sorpresas, cantado generalmente por artistas solistas (una característica de estos tiempos) y atisbos de alguna banda de rock repitiendo viejas fórmulas.
Eruca Sativa, Tan Biónica, Nahuel Briones, Louta, Proyecto Gomez Casa son ejemplos de artistas que a lo largo de los años generaron alguna novedad. Hoy eso parece alejado: domina lo predecible.
Explicar el presente requiere una mirada multicausal: hay que mirar a cada uno de los actores, incluso al público. La comodidad y la falta vocación a tomar riegos son quizás los motivos más salientes.
¿Es posible un despertar?
Parece difícil en este contexto, pero mientras haya alguien dispuesto a arriesgar todo es posible.
Mito Mauro