En una gélida noche de viernes Daniel Melero brindó un show en el teatro el Cubo en el que desplegó una parte de los sonidos que ha sabido concebir en su extensa trayectoria.

En la primera parte de set apenas se escuchó su voz para decir “buenas noches”  en medio de un sinfín de música electrónica, plagado de oscuridad y de distintas capas de espesor.

Desde el centro del escenario, con las luces en interacción sincrónica con la música, Melero  estuvo acompañado por Nicola Carrara y Guillermo Rodríguez, con quienes conformó una banda que sonó a la perfección.

En un momento, sin previo aviso, la voz de Melero irrumpió para cantar canciones como Gente Ok, La Madre de Godzilla o Club de Músicos.

En los bises la banda volvió  en  formato acústico. Fueron apenas tres canciones que sirvieron para generar otra atmósfera y para interactuar con el público.

Todos quienes estaban allí conocían la influencia de Melero en la escena desde Soda Stéreo para acá. Todos, conocedores de la usina de sonidos que ha desplegado desde hace años.

Antes del show había anunciado que iba a  dejar de actuar por un tiempo. Claro que no va a parar de hacer música. Eso, en él, parece inevitable. Su búsqueda continuará.

Guillermo Cerminaro