Crímenes de familia: la maternidad protagonista

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¿Cuándo se es madre? ¿Hasta qué punto unx hijx es hijx? ¿Deja en algún momento de serlo, puede no serlo nunca? 

En Crímenes de familia la maternidad es protagonista. La maternidad y el sistema judicial, la maternidad y sus límites, la maternidad y la moral, la maternidad y la cárcel. Antes incluso de conocer a los personajes, el filme nos sumerge en un mundo familiar por medio de un paneo de varios objetos que indican una pertenencia socio-económica alta. Un retrato de Alicia (Cecilia Roth), Ignacio (Miguel Ángel Solá), Daniel (Benjamín Amadeo) y Marcela (Sofía Gala Castiglione) con un bebé en brazos da fin a los créditos y paso a la imagen de una mujer que, con el camisón ensangrentado, sale en penumbras de un baño. 

Así comienza este policial que va presentando los hechos en jirones y quebrando la temporalidad lineal. ¿Cuándo sucedió lo que sucedió? ¿Qué sucedió? Dos crímenes son relatados en paralelo: En primer lugar, Daniel acusado de violentar, violar e intentar asesinar a su expareja Marcela está cumpliendo con prisión hasta que se dictamine la sentencia. Alicia e Ignacio asisten a las declaraciones y sostienen que Daniel es inocente. Por medio de sus relatos se rearman los acontecimientos, y la complejidad del filme radica en la decisión de nunca mostrar lo que realmente sucedió y depositar la tarea de reconstrucción en lxs espectadorxs. Es ese desafío el que nos mantiene en vilo durante el filme.

En segundo lugar, Gladys (Yanina Ávila) es acusada de homicidio agravado por el vínculo. ¿Por qué, qué hizo? Ella es trabajadora doméstica cama adentro en la casa de Alicia e Ignacio y comparte con Alicia la crianza de Santiago, su hijo de cuatro/cinco años. Aquí el rol maternal se ramifica, mientras Gladys se encarga de sostener el hogar de Recoleta pulcro y en orden, Alicia pasa a buscar a Santiago por un jardín privado de la zona. Santi duerme con Gladys pero juega con Alicia, las maternidades se ramifican echando por tierra el dicho “madre hay una sola” 

A su vez, Marcela cuida de Martincito (hijo que tuvo con Daniel) y lo mantiene al margen de las violencias de las que él es capaz. La maternidad aquí funciona como protección, como espera por condiciones de vida diferentes, por una confianza en la justicia y sus recursos. Sin embargo, las preguntas del fiscal se encargan de cuestionar los accionares de Marcela con la ya conocida frase “¿Y usted no se defendió?” 

Tres maternidades son puestas en pantalla pero es la de Alicia la que se sigue de cerca. ¿Hasta dónde puede proteger a su hijo? ¿Qué está dispuesta a ocultar de él? ¿Cuál es el límite? Preguntas que sobrevuelan los hechos y que van moldeando su accionar a lo largo del filme. 

Por otra parte, los juegos temporales permiten observar cómo transitan el encierro Daniel y Gladys. En el sistema judicial todo es cuestión de clase y  gracias a la posición económica de su familia, Daniel no obtiene la misma condena que Gladys, quien debe permanecer encerrada. Aquí la maternidad se ejerce en las visitas a la cárcel, cuando Santi y ella juegan y charlan. ¿Qué es de las maternidades en situación de encierro? 

Crímenes de familia es más que la historia de estas tres mujeres, es la historia de la impunidad de  la clase alta, la historia de las injusticias que atraviesan algunos cuerpos, es la historia de este territorio desigual que imposibilita vidas más vivibles. 

Francisca Pérez Lence