Catupecu en el Movistar Arena: la emocionalidad como motor

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Catupecu  Machu tiene ya casi 30 años de carrera.

En 2006, Gabriel Ruiz Díaz sufrió un accidente cuando su auto se estrelló contra un árbol en Palermo.

En 2017, Fernando Ruiz Díaz puso fin a Catupecu.

A comienzos de 2021 murió Gaby.

En 2022, Fernando decidió volver a la vida a Catupecu luego de reencontrarse con Abril Sosa

Catupecu está vivo: como siempre. Así quedó evidenciado en el show de poco menos de tres horas que brindó el pasado sábado en un Movistar Arena colmado.

Está vivo en las versiones de las canciones. Está vivo en su actual formación con  Abril Sosa, Julián Gondell, Charly Noguera  y, naturalmente, Fernando  Ruiz Díaz. Está vivo en la puesta brillante de las luces predominando los blancos, rojos y negros. Está vivo en “Primer movimiento”,  el tema nuevo que presentó Fernando solo con su guitarra como adelanto de su próximo disco. Está vivo en el sobrevuelo de Gaby en cada alusión de su hermano, pero también en la presencia en la platea de Lila, la hija de Fernando, fuente de su energía.  Está vivo en la apuesta que siempre tuvo y que en su nueva reencarnación muestra a las dos baterías no solo en sincro sino en aporte estético.

Fernando dijo estar emocionado varias veces en el show. Es que vive emocionado.

Einstein en la teoría de la relatividad estableció que el tiempo y el espacio son relativos pero la velocidad de la luz es constante. Nada puede ser más rápido que ella.

En Catupecu la emocionalidad de Fernando, casi como la luz, resulta insuperable. Es lo único fijo. O casi: solo variaciones infinitesimales. Como el tiempo y el espacio las canciones son relativas, mutan de acuerdo a las circunstancias y a las distintas formaciones.

Desde “Y lo que quiero es que pises sin el suelo” hasta el final con la interminable “Dale!”, el grupo pasó por canciones de todas las épocas quedando demostrado, una vez más, que Catupecu no se parece a nadie ni nadie se le parece.

Si consideramos este atributo además de las virtudes que le son propias, no estamos lejos de decir que está en el podio de las bandas más importantes que ha dado esté país en los últimos treinta años.

Guillermo Cerminaro