Hace unos días murió Fredric Jameson a quien se le atribuye la frase “es más fácil imaginar el fin del mundo antes que el fin del capitalismo”.
El pensador estadounidense no solo dijo eso, sino que tiene una vasta obra que mapea lo sucedido en los últimos años desde una perspectiva marxista vinculada especialmente al mundo de la cultura.
Mark Fisher, el pensador británico, en su libro Realismo capitalista, plantea que el capitalismo en si contiene tres contradicciones vinculadas a la destrucción del medio ambiente, a la creciente enfermedad mental y a la supuesta reducción de la burocracia proclamada por el neoliberalismo. Desde la perspectiva de Fisher la causa es social, no individual y así debe ser tratada.
Jameson ha muerto sin que muera el capitalismo y sin que haya llegado el fin del mundo. El primero ha ido mutando hacia un capitalismo tardío como llama Fisher y el mundo está sufriendo transformaciones a una velocidad nunca vistas en la historia.
La carrera tecnológica que se acerca cada a vez más un post humanismo en el que las máquinas reemplacen al hombre no parece tener, desde el pensamiento actual, una postura lo suficientemente profunda. Dejar esto en manos solo de la ciencia y la tecnología es un peligro de consecuencias difíciles de predecir.
Norberto. G. Mauro