Casi en el comienzo de  la nueva edición del Borges Palooza, Daniel Mecca, organizador del evento, le pidió al escritor mexicano Juan Villoro que elija a qué equipo y con qué jugador asociaría a Borges.

Sin dudar demasiado Villoro eligió al Barcelona de Guardiola y para sorpresa de muchos de ese equipo dijo que Borges sería Iniesta o Javi. Justificó su respuesta en la capacidad de dar un pase al hueco para inventar un futuro, tal como lo hace Borges.

La pregunta no fue inocente. Mecca desde hace 6 años viene organizando el Borges Palooza con la intención de desacralizar al escritor. La idea es que el abordaje de su figura se produzca desde ángulos diferentes, como quedó claro en la variedad de temas que trató con Nicolás Artusi en el prólogo del festival.

En el final, el domingo pasado en la sede del MACBA en pleno corazón de San Telmo, el entrevistado fue Darío Z.  Mecca contó que su primer propuesta era hablar de Borges entre Bilardo y Menotti, sabiendo que es un tema caro a los sentimientos del filósofo, notorio hincha de Estudiantes.

Darío prefiríó elegir diez cuentos de Borges que consideró verdaderos textos filosóficos. Como  suele suceder, el filósofo fue por caminos inesperados

En el medio, en cuatro días hubo de todo: conversaciones con Daniel Divinsky, Alicia Genovese, Andrés Rieznik, Alejandro Horowicz y Ariel Magnus, un tour de Borges en el Cementerio de la Recoleta y un taller de Borges para chicos.

En un contexto difícil para la cultura que el festival sea libre y gratuito es casi una proeza. La figura de Borges como parte de la columna vertebral de la cultura, lejos de estar cristalizada, sigue en movimiento.

Las actividades realizadas pueden verse en www.borgespalooza.com

Guillermo Cerminaro