Ricardo Iorio murió a los 61 años, víctima de un infarto, en Coronel Suárez, lugar en el que residía.
Iorio fue un pionero y quizá ahora se convierta en leyenda. Fundó e integró casi sin solución de continuidad tres bandas imprescindibles a la hora de hacer una genealogía del metal de estas tierras: V8, Hermética y Almafuerte.
Los integrantes de V8, una vez disuelta la banda, conformaron a su vez cuatro grupos fundamentales. Osvaldo Civile fue fundador de Horcas, Beto Zamarbide de Logos; Gustavo Rowek de Rata Blanca y el propio Iorio de Hermética en el año 1988.
En 1994, una vez disuelta “la H”, Iorio fundó Almafuerte, mientras los demás integrantes formaban Malón, en una nueva bifurcación que mantuvo la tradición del metal primigenio.
Dueño de una lírica particular y almafuertiana, contundente y contestataria, Iorio plantó bandera en sus canciones muy críticas de la hipocresía social y dejando en claro su pertenencia a la clase trabajadora.
Lo que pasó después en su vida mediática fue otra cosa.
Ricardo Iorio habló por sus canciones y ha dejado, de ellas, un puñado que son imprescindibles. Destrucción (V8) Memoria de siglos y Tu eres su seguridad (Hermética) Sé Vos (Almafuerte) son solo algunos de los himnos metaleros que perduran.
Iorio murió demasiado joven, cuando estaba en plena actividad como solista recorriendo el país. Cuánto le quedaba por dar no se puede saber. Su contribución al metal está a la vista.
GuIllermo Cerminaro