Años difíciles es considerada por su autor, Tito Cossa, como un grotesco moderno. Y si lo dice un pope del teatro argentino no hay mucho que discutir en esa definición. Estrenada por primera vez en el año 1997 no se trata de las obras más conocidas del autor, un conocedor de los hábitos de la clase media como queda evidenciado una vez más.
Dos hermanos y la mujer de uno de ellos viven de manera anodina ya en el final de sus existencias y sus únicos vínculos con el exterior son la radio o la televisión en las que creen como una verdad revelada.
Federico, uno de los hermanos Stancovich (David Di Napoli) cree en la radio porque lo que escucha tiene valor sin necesidad de ver. Olga, su mujer (Cecilia Labourt) y Alberto (Antonio Regueiro) están pegados al televisor: ellos necesitan ver las noticias: lo que ocurre en la pantalla es lo que existe.
Todo transcurre en esta dirección en la primera parte de la obra hasta la aparición de Mauricio de Caballito (Osvaldo Bermúdez) que da un giro inesperado a la vida familiar.
Allí la obra no solo toma otro rumbo sino otro ritmo hasta un epílogo sorprendente.
Las excelentes actuaciones y la muy acertada dirección de Eduardo Cholo Ruderman le dan peso a la historia y la hacen lucir.
¿Puede ser actual una obra escrita hace años y que habla de la radio y la televisión sin considerar los nuevos medios de comunicación?
La reflexión sobre los prejuicios, la vejez, la hipocresía, la venganza y el sentido de la vida siempre merecerán la pena ser puestos en escena.
Años difíciles, Celcit, Moreno 431, viernes a las 20 hs.
Guillermo Cerminaro