Es difícil definir un proyecto como Nemerus. Para empezar por el principio, su creador se llama Franco Massoni. Sin embargo, su idea va más allá: su identidad se revela en su música, en sus palabras, en su forma de pensar. Es un todo que aparece ahí, donde nacen las canciones. En su primer EP, Alma Brújula, Massoni transita un viaje geográfico y revelador. Ahora, en los tiempos de la cuarentena, su inspiración está disparada: es común encontrarlo realizando shows en vivo, espontáneos, en las redes sociales.
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Es un humanoide semiótico anacrónico que vuelve de un planeta inhóspito y trae un mapa que traduce un formato sonoro. Alma Brújula se llama el EP y cada canción es una instancia en el mapa del viaje transcurrido. Se trata de un viaje ambiental: hay un lago, una montaña, un abismo, un desierto, un templo y una nave.
¿Cómo es tu proceso compositivo?
Siempre es primero la melodía y después se van armando balbuceos, voy descifrando la intención de esa melodía que tal vez tenía en la cabeza o surgió agarrando la guitarra y es como una danza intuitiva en la que voy descifrando qué es lo que tiene que bajar del universo y transformarse en canción. Después la voy limando y así es como va quedando. Depende de las ideas que haya trabajado previamente y las que tenía en ese momento y así se van plasmando en canción.
¿Cómo ves la escena hoy?
Creo que se divide entre lo nuevo, lo que está llegando y lo que va a ser definitivo en la escena para la expresión de todos los humanos. Hablando de humano tiene que ver con algo global adoptando lo que va llegando. También ser nostálgicos y tratar de que siga viviendo aquello de lo que venimos, que en muchos aspectos ya está obsoleto, pero algo de eso se puede sacar. El futuro está viniendo muy rápido, el camino por las redes y la globalización hace que la expresión y difusión de obras esté siendo cada vez más unificado, el algoritmo es más simple y estamos todos adaptándonos a eso.
¿Cómo estás viviendo esta etapa de aislamiento?
Me está llenando de inspiración, estoy componiendo mucho en este momento y aprovechando las herramientas que son los vivos de Instagram y Facebook para también expandir esa obra que es algo muy intuitivo. Trato de que tengan las herramientas simbólicas y en ellas incluir la espiritualidad, la ciencia, el arte y conectarme con otros artistas que son lo que me gustan y ahí veo cómo se están moviendo. También estoy abriéndome, de a poco, a escuchar nuevas cosas. Hay cosas del trap que me copan mucho, me gusta que se resalte la oscuridad en las canciones, lo reflexivo, pero yo también soy de hacer estribillos pop, me gusta la canción que pega y se puede bailar, me encanta bailar, ahora estoy prefiriendo ver eso de la escena, lo que en realidad hace vibrar sobre todo a los jóvenes que son los que más consumen el arte masivo, por así decirlo, y lo demás que sea experimentación, investigar cosas que nos gustan y no tener miedo de cruzarnos con estilos que no esperábamos, pero que nos pueden sorprender.