Del 2 al 4 de agosto se realizó la Feria de Editores en el Centro Cultural Konex con una asistencia de público tan importante que por momentos hizo casi imposible transitar por el lugar.
Coexistiendo con las actividades infantiles planteadas para las vacaciones de invierno, el Centro Cultural Konex lució como un multiespacio en el que hubo también diversas actividades en el marco de la feria.
“Los estudios culturales me han demostrado que no todo fenómeno es político, que muchos son fenómenos netamente culturales”, dijo Beatriz Sarlo al referirse al lenguaje inclusivo en uno de las tantas charlas que se dieron en los tres días que duró el evento.
Los asistentes pudieron encontrar libros de todo tipo en editoriales en general organizadas en forma temática. Poesía, Literatura nacional o extranjera Ensayo de corte filosófico, Antropológico, Político o de Ciencias Sociales, Periodismo, Crónicas, Diseño, Novelas gráficas, Humor gráfico, Libros ilustrados, Arte, Música o Cine, Libros infantiles y Teatro tuvieron su lugar en lo que fue la octava edición de la feria.
Una de las característica del evento es que los propios editores atienden sus puestos, en los que es muy común encontrar a los diferente autores y en el que los asistentes no van “a pasear” como ocurre en la Feria del Libro. Es así que se funda un canal de encuentro entre el editor y el lector que tiene una oferta variadísima. La mayoría son lectores o gente vinculada a la actividad y son muchos quienes se van con sus libros bajo el brazo.
La feria ha crecido año a año (aproximadamente 14.000 asistentes hubo en estos tres días) y es deseable que tenga un crecimiento sostenido pese a la crisis que hace dificultoso no solo editar, sino también comprar un libro. Pero la avidez por la lectura es algo que no es tan fácil de acallar: para muestra lo sucedido en el último fin de semana.