El estreno de los dos primeros capítulos de la última temporada de Game of Thrones y el estreno de Avengers Endgame han dado tela para cortar y las redes sociales dieron cuenta de ello.
Con respecto a GoT, las aguas están divididas. Están los que creen que se han perdido dos horas sin que pase nada y que habría que haber llegado directamente al tercer capítulo. Es gente que valora el final sobre el desarrollo, espectadores con un nivel de ansiedad importante.
Del otro lado están los que creen que se han tratado de capítulos fundamentales, sobre todo el segundo, en el que la multiplicidad de los personajes ha podido desarrollarse y dejar plasmado con claridad su lugar en la historia. Es gente a la que le importa el cómo más que el qué.
Game of Thrones un una obra que se ha cocinado lentamente por años y se digiere más lentamente aún, en el que cada diálogo y cada toma tiene un porqué y en el que la complejísima trama sólo puede ser procesada por el espectador si se hace con un ritmo adecuado, cada temporada y cada semana de esa temporada.
No es exagerado pensar que es un fenómeno que, como los cracks en los deportes, aparece muy de tanto en tanto y por eso merece ser disfrutado con paciencia y sin ansiedades.
En cuanto al estreno de Avengers: Endgame, el mismo estuvo signado por el tema de los spoilers. Quienes la vieron antes, en la función de prensa, se cuidaron de no decir demasiado antes del estreno, dos días después. También se profundizó una grieta entre los críticos de cine y los fanáticos de la saga disfrazados de periodistas. Todo un espectáculo en redes sociales antes del estreno que no aportó demasiado. Es como si la importancia de no spoilear haya llegado a tener un valor absoluto. Una cultura que ha ganado adeptos en los últimos años y que haría inviable ir a ver Hamlet porque ya se sabe cómo va a terminar. Siempre el camino conduce a lo mismo: la puja entre el qué y el cómo.
Por un lado hay que dejar de lado las ansiedades y permitir que todo fluya a su momento. Por el otro, considerar que no es tan importante saber algo “antes de tiempo” y que si la historia está bien contada siempre vale la pena.
Guillermo Cerminaro