La filosofía -o para decirlo mejor- la divulgación filosófica ha encontrado un lugar en tiempo de aislamiento a raíz de la posibilidad que brinda el mundo digital, que además ayuda a ampliar la llegada a gente de otros países.
Quizá el más conocido de los filósofos que se encuentran activos en redes sociales sea Darío Sztajnszrajber, a quien puede vérselo en un vivo de Instagram, siendo consultado en un programa de televisión por la pandemia o hablando con Fantino de filosofía y fútbol. Naturalmente, puede encontrárselo en sus charlas de filosofía tratando algún tema en particular o la obra de algún filósofo o en sus trabajos conjuntos con Felipe Pigna o Luciana Peker.
Siempre, a partir de un mensaje claro, puede ir de Platón a los pensadores de la biolipolítica sin perder profundidad.
Diego Singer desde hace años viene realizando “Filosofía a la gorra” en distintos sitios y hoy lo hace desde su canal de YouTube (“Taller de filosofía”) y su Instagram. Todos los domingos realiza charlas a beneficio de distintos espacios culturales para poder palear la situación que viven esos espacios a raíz de la pandemia. Singer suele trabajar con textos de distintos pensadores (Heidegger, Nietzsche y otros autores contemporáneos) y mantiene sobre el final un diálogo constante con quienes lo siguen, siempre haciéndolo de forma rigurosa y con la idea de crear inquietud y volver sobre el texto.
Nahuel Michalski transmite desde Bariloche, y la particularidad en su manera de comunicar es que utiliza distintos formatos en los que se mueve con fluidez. Desde su canal de YouTube, “Charlas de filosofía”, puede ir desde el desarrollo de un tema (“El problema de la libertad” o “¿Por qué sospecho de las series de Netflix?“) o de la obra de pensadores (Husserl, Bourdieu). También propone conversatorios con distintos especialistas, las respuestas en vivo con los seguidores o el debate entre ellos. En todos los casos la dinámica y la seriedad de la propuesta son marcas distintivas.
Con tanto tiempo disponible, todos proponen la posibilidad de destinar unas horas al pensamiento. Parece necesario.
Guillermo Cerminaro