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Lorena Vega: “La gente necesitaba también esos espacios que son parte de la vida”

Lorena Vega, con varias obras en cartel de forma simultánea, por estos días es de las más activas en el mundo del teatro. Su inquietud y su entrega se hacen patente en cada uno de los proyectos que encara.

Hablamos con Lorena Vega para que nos cuente cómo es hacer teatro en estos tiempos.

¿Cómo fue la vuelta en medio de la pandemia?

Fue con mucho deseo, con mucha prudencia y con un poco de miedo también, pero inmediatamente cuando hice la primera función de Encarnación Ezcurra me di cuenta cuánto lo necesitaba, la buena decisión que habíamos tomado en arriesgarnos a hacerla  siendo la primera obra que empezó a hacer funciones apenas se permitió y actuándola con una entrega bastante difícil de explicar. Siempre hago los trabajos dando todo para que sea una entrega absoluta, pero esta vez fue profundamente diferente y eso fue muy sanador frente a la cuestión de jaque que tuvo la salud, no solo en términos concretos físicos, sino también en términos emocionales con todo lo de la pandemia.

El teatro se hace con los espectadores, ¿cómo sentiste ese encuentro? 

El encuentro con los espectadores existió, porque aunque el aforo era reducido en cada una de las obras que hice ese aforo siempre estuvo lleno. El público acompañó, la gente necesitaba también esos espacios que son parte de la vida de las personas que les interesa estar ahí. Entonces al no estar los extrañaba porque son espacios que te hacen pensar de otra manera, te sacan un poco del cotidiano y porque, en todo caso, ayudan a que esas cosas del cotidiano que pensamos de un modo se puedan ver de otra manera.

¿Las obras que ya venías haciendo se vieron modificadas?

Se vieron modificadas algunas sustancialmente, otras no. En el caso de Encarnación, que es una obra de un solo personaje -estoy con tres músicas y músicos en escena- pero no interactúo actoralmente con otra persona, sino que en todo caso es con la música. No había en la puesta contacto físico planteado con los cual ese no era un problema.  La verdad es que la sensación que tengo, con mucho humildad lo digo, que la obra está actuada mejor que antes, porque hay una fuerza respecto del deseo de la valoración de estar ahí y un poco que la hago más para mí que para el público, en el mejor de los sentidos. Quizás antes de la pandemia había una cuota de interés en lo que le pasaba al espectador, a la aceptación del afuera, a eso me refiero. Ahora yo no me pasa tanto eso. Actúo por otras cosas, no tanto por esa aprobación pendiente que siempre está en quienes nos exponemos con la actuación, a veces en un grado más alto o más bajo, pero siempre está y ahora para mí pasa por otro lado.

¿Y en el caso de Imprenteros y de La vida extraordinaria? 

En el caso de Imprenteros hubo que modificar cosas de la puesta porque había un momento de interacción con el público. Esos momentos fueron modificados y sobre todo en el final nos obligó a pensar algo para que suceda en el escenario que resuelve mucho mejor una explicación que yo solamente daba con palabras y que ahora con imágenes se entiende más. Trajo algo bueno, benefició la obra.

En La vida extraordinaria la cercanía es con Valeria Lois. Nosotras decidimos que somos  burbuja y si bien la obra no tiene contacto permanente, todo el primer tramo que si tiene por momentos contactos intermitentes, decidimos que confiamos una en la otra. Somos amigas hace más de veinte años y nuestro círculo es bastante similar y compartimos el criterio de cuidados y una le va diciendo a la otra lo que le tenga que decir, una advertencia del movimiento que hicimos, si pensamos que eso puede perjudicar, pero después no tenemos mayor contacto, así que la obra se hace tal cual como se hacía

¿En qué estás trabajando, cuáles son tus proyectos teatrales? 

Ahora estoy trabajando en retomar los ensayos de Precoz y de ultimar detalles de la obra de cara a estrenarla a mitad de año Es un proyecto que hago con Julieta Díaz y Tomy Wicz, con la producción de Intensa Producciones, que es una productora feminista nueva. Esta es la primera obra que producen, es sobre la adaptación de una novela de Ariana Harwicz que se llama Precoz, como la obra. Tenemos mucho entusiasmo porque era algo que iba a estrenarse en abril de 2020 y no se hizo por la pandemia.

También estoy trabajando con Rita Cortese para estrenar un monólogo, un fragmento del libro Teoría King Kong en el Teatro Cervantes.

Guillermo Cerminaro