La Cucaracha, la nueva novela de Ian Mc Ewan, tiene al menos dos ideas más que originales.
Por un lado, invierte el brillante comienzo de La Metamorfosis:
“Cuando Gregorio Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto” decía Kafka.
“Aquella mañana, al despertar de un intranquilo sueño, Jim Sams, inteligente, pero de ningún modo profundo, se vio convertido en una criatura gigantesca” dice Ian Mc Ewan, invirtiendo la ecuación.
Otro concepto que introduce es una excéntrica teoría económica, el reversionismo, cuya intención es cambiar el rumbo económico: se debe pagar por trabajar y se recibe dinero por comprar.
Con estas dos ideas, en el marco de la vida política del Reino Unido, Mc Ewan construye una novela corta, con mucha sátira, a la que nada le sobra y que cuestiona al lector al hacerlo pensar que las cosas pueden ser inversas a lo establecido.
Guillermo Cerminaro