El marketing y la publicidad a veces resultan nocivos para las obras como tal. Seguramente no para los artistas, que disfrutan de las mieles de un éxito que surge de palabras lindas y buenas fotos. Pero definitivamente sí para las obras. The Police fue una banda de la que se habló mucho, seguramente por el carisma y las causas nobles que defendió Sting. Y, en ese baile de las palabras bonitas, la música –muchas veces- quedó en segundo plano.
Un 2 de octubre de 1979 la banda londinense publicó Regatta de Blanc, su disco fundamental. Y 40 años después, sus pilares siguen intactos: la reivindicación de un Andy Summers que cambió la historia del delay, un Sting que se revela como un bajista de nivel y un Stewart Coperland experto en desarmar la obviedad en pos de un buen beat. Hablando de desarmar: tal vez ya sea hora de desarticular la imagen de lo que se vendió sobre The Police y empezar a reconstruir su verdadera historia, mucho más rica en sonidos y estilos que en postales y peinados.