Una de las actividades que más está sufriendo la situación que nos toca vivir es el teatro. Lo sufren quienes lo hacen en sus distintas facetas: el teatro es naturalmente una actividad de tribu, de grupo, de mucha gente que se reúne. También, hablando de teatro independiente, es una actividad que se hace con mucho esfuerzo y, en muchos casos, su continuidad está atada al boca en boca de los espectadores. Desde el punto de vista económico resulta insuficiente para que los actores, dramaturgos, directores y técnicos puedan vivir solo de ello.
Por eso, en estas circunstancias, los teatros independientes tienen que ingeniárselas para conseguir que la actividad sufra los menores daños posibles.
Así, por poner un ejemplo, Timbre4 tiene una programación rotativa online de muchas de las obras que han pasado por su espacio.
En estos días se pudo ver La omisión de la Familia Coleman, quizá la punta de lanza de una producción teatral de un estándar alto de calidad.
Para ver la programación se puede entrar a https://www.timbre4.com/, pero sobre todo no hay que perder de vista que se puede colaborar con la modalidad de aportar a la gorra a través de la misma página.
El teatro oficial se ha puesto a la altura también. El Teatro Nacional Cervantes, dependiente del Ministerio de Cultura de la Nación, que en los últimos tiempos ha venido ofreciendo una programación excelente, también pone a disposición varias de sus obras de manera gratuita. Para tal fin se puede entrar a: https://www.teatrocervantes.gob.ar/
Lo mismo ocurre con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a través de https://www.buenosaires.gob.ar/culturaencasa. El pasado 2 de abril se pudo ver Campo Minado, la muy buena obra de Lola Arias, con una particular mirada de la Guerra de Malvinas, contando en escena con tres ex combatientes argentinos y tres ingleses.
El hecho de apoyar al teatro, hoy se ha transformado y si bien no es lo mismo sentarse frente a una pantalla que concurrir a una sala, es una buena oportunidad de ver obras que no se pudieron ver en su momento o de volver a ver otras, que merecen la pena una segunda mirada.