Superhéroes, animación, documentales, ciencia ficción: estas fueron las mejores películas estrenadas en 2018 –ordenadas de peor a mejor-, elegidas por los caprichos del gusto.
Avengers: Infinity War: Cada personaje tiene su momento, la acción es espectacular y Thanos es el mejor avance en interpretación de personajes digitales desde Gollum. Gollum no está acá, pero si aparece en la secuela, yo no me quejaría.
The Seagull: Michael Mayer usa a Chejov para hablar de artistas que fallan y relaciones que nunca llegan a concretarse. Annette Benning está genial y cualquier cosa con Elizabeth Moss es siempre recomendable.
Isla de Perros: Un épico futurista oriental protagonizado por perros que hablan y cuentan chistes WesAndersonianos. Sí, el film es raro, pero su júbilo es muy contagioso.
¡Jóvenes Titanes en Acción! La Película: En un mundo saturado de películas de comics, el grupo viaja a Hollywood con la noble misión de… hacer otra más. Es el mejor film de Deadpool que han hecho hasta ahora.
Aniquilación: Tras la genial “Ex Machina”, Garland nos da una obra abstracta y abierta a la interpretación, acerca de depresión, identidad y bichos muy perturbadores. Es la mejor ciencia ficción del año.
Pantera Negra: La Wakanda de Coogler es un país imposible, lleno de magia, color y afrofuturismo. También es el mejor homenaje a Jack Kirby y las familias disfuncionales desde “Los Increíbles”.
Desobediencia: “Rapsodia Bohemia”, “El Ángel” y “Grindelwald” tocaron temas LGBT y fallaron espectacularmente, pero Sebastián Leilo sigue haciendo films hermosos al respecto. Ojalá haga más.
Misión Imposible, Repercusión: Creo que Alfred Hitchcock amaría esta película. Es tensa, ingeniosa y eternamente entretenida. Tom, por favor, sigue arriesgando tu vida por estas cosas.
The Tale: La documentalista Jennifer Fox trata con la ficción el abuso que sufrió de niña. La forma en que ilustra cómo el trauma altera nuestra memoria es fascinante y terrorífica.
Roma: Es oscura y brutal, pero también es pura empatía. Es el mundo visto desde el reflejo de una ventana, es un momento de paz en un bosque en llamas, es un plano continuo sumergiéndose en el horror. Es esa toma en la que decís “Oh, nuestros afiladores de cuchillos son iguales”. Es Cuarón y lo amamos por ello.
Pablo Velázquez